Favela de Río da ejemplo al procesar sus propios residuos

Mariposas y estrildas revolotean por el Valle Encantado a las afueras del Parque Nacional de la Selva de Tijuca de Río de Janeiro. Hay árboles frutales, una cascada cercana y una vista imponente sobre el océano Atlántico. Pero durante décadas, algo estropeó el idilio: el hedor de aguas residuales.

La electricidad llegó a finales del siglo XX a la empobrecida c¬omunidad del Valle Encantado, que tomó su nombre de un proyecto residencial cercano, pero la compañía eléctrica nunca la conectó a la red de alcantarillado de la ciudad.

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